La campaña de sensibilización 12 meses 12 derechos de ATAFES tiene como objetivo divulgar la Convención de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Cada mes expondremos uno de los derechos y lo asociaremos con otros aspectos importantes en el abordaje de la salud mental.

Enero. Artículo 5: Igualdad y no discriminación

La salud mental es sin duda uno de los ámbitos en los que más discriminaciones se producen. El estigma, el empleo, el acceso a la sanidad pública o las vulneraciones de derechos humanos, son solo algunas de las áreas en las que las personas con problemas de salud mental sufren cada día discriminación.

Uno de los principales escollos a la hora de lograr una vida plena, es el estigma. Los prejuicios y estereotipos asociados a las personas con problemas de salud mental provocan que, en la práctica, no sean ciudadanas y ciudadanos de pleno derecho. Se enfrentan en múltiples ocasiones a la incomprensión de la población y a ideas erróneas y preconcebidas: desde la visión paternalista que no visibiliza las capacidades de la persona sino que fomenta una imagen dependiente y poco autónoma, hasta la percepción negativa que llega a asociar violencia con trastorno mental, lo cual provoca innumerables situaciones discriminatorias que se asientan en falsos mitos y que perjudican a la persona.

Una de las consecuencias del estigma con el que viven las personas con problemas de salud mental, es su impacto en la esfera laboral. Un 44,2% de las personas con trastorno mental asegura haber sufrido algún tipo de discriminación laboral. Los prejuicios en salud mental están muy relacionados con las elevadas cifras de paro que afectan a estas personas, ya que continúa siendo el colectivo con menor tasa de empleo de todos los tipos de discapacidad.

En este sentido, las mujeres con problemas de salud mental se enfrentan a una doble discriminación, debido a su trastorno mental y al hecho de ser mujer. Estos estereotipos generan múltiples situaciones de discriminación específicas, como son las esterilizaciones forzosas y abortos coercitivos, las altas cifras de violencia machista, la falta de credibilidad en su relato, o la ausencia de recursos de apoyo a las mujeres que desean ser madres.

El acceso a los servicios de salud mental es otro de los ámbitos en los que, todavía a día de hoy, existe discriminación. Entre el 75% y el 95% de las personas con trastornos mentales en los países de ingresos bajos y medianos no pueden acceder a estos servicios. Así, muchas personas no reciben la atención a la que tienen derecho. A los escasos recursos dedicados a la salud mental en la sanidad pública, se suma la situación provocada por la pandemia. También el acceso a la justicia en igualdad de condiciones que a las demás personas continúa sin estar garantizado.

Otra de las situaciones de discriminación a las que se enfrentan las personas con problemas de salud mental, son las contenciones mecánicas. Esta práctica vulnera los derechos humanos y, según la ONU, pueden suponer tortura. Pueden además provocar numerosas consecuencias a la persona que las sufre, tanto físicas (hematomas, fracturas, atrofia muscular, incontinencia, e incluso muerte) como psicológicas (sufrimiento psíquico, trauma, trastorno mental, desconfianza en los y las profesionales, etc.).

Os dejamos dos archivos donde podréis encontrar más información sobre el estigma.